Esta no es la crónica que había soñado. Pensé que el entrenamiento me daría mejores resultados y que podría aguantar mejor un ritmo un poco más alto. El caso es que aguanté bien hasta el km. 25 y a partir de aquí mis piernas dijeron que ya tenían bastante y tuve que activar el modo de supervivencia. Tiré de cabeza y de experiencia (con ésta ya son 19 maratones) y dejé que fueran cayendo los quilómetros, eso sí, a un ritmo cómodo que me permitiera acabar los 42,195 kms. sin demasiadas dificultades. Podría buscar razones: que si el entrenamiento no ha sido adecuado, que si la alimentación, que si el estrés del viaje, que si la calor y bla, bla, bla, pero no me apetece hacerlo.
Ha sido un viaje relámpago. Salí el sábado en AVE desde BCN a las 8:30 y llegué a Sevilla a las 14 horas. Fui al hotel a dejar mis cosas, comí algo en un bar y me fuí en tren al Palacio de Congresos a buscar el dorsal y la bolsa del corredor. Por la tarde dí un paseo por el centro de Sevilla y luego cené pronto ya que quería descansar porque el domingo me tenía que levantar a las 6 de la mañana. Dormí muy bien, desayuné y a las 7:30 tomé el autobús para el Estadio Olímpico, en la Isla de la Cartuja. Una vez allí y habiendo dejado mis pertenencias en el guardarropa, me junté con otros tres compañeros de corredors.cat y nos dirijimos a la zona de salida.
Para dar ambiente la música de AC/DC suena por la megafonía a todo volumen. Le gente se mueve, baila, aplaude, se desean suerte los unos a los otros y a las 9 en punto dan la salida. Las calles y avenidas son anchas y no hay ningún problema de tapones. Voy a buen ritmo y me siento cómodo. Esto fué así hasta el km. 25 y ya he explicado lo que ocurrió después. Las avenidas eran muy, muy largas y la vista se perdía en el infinito. Había avituallamientos cada 2,5 kms. y el público sevillano nos premiaba con muchos aplausos y ánimos. En ese sentido fue impecable. Fueron pasando los quilómetros y me adelantaban muchos corredores pero yo seguía a lo mío intentando distraerme con mis pensamientos o con el entorno, consciente que mi único objetivo era acabar y habiéndome olvidado ya de hacer una buena marca. Entre el km. 35 y el 40 aproximadamente pasamos por el centro de Sevilla, el Parque de María Luisa, la Plaza de España y las calles son más estrechas. El calor del público se siente más cercano y eso te ayuda durante un rato a aparcar pensamientos negativos. Poco a poco fuí llegando al Estadio Olímpico donde una última ovación en la línea de llegada premiaba nuestro esfuerzo. Fue un momento mágico y emotivo. Acabar una maratón siempre es motivo de alegría y más si lo has dado todo. No me puedo sentir obligado a más.
Mi tiempo final ha sido de 3:25:48 y la posición la 2415 de 11500 inscritos.
Después del avituallamiento, cojo mis cosas y me dirijo a coger el tren de cercanías para volver al centro de Sevilla. Me ducho en el hotel, como algo rápido y a las 15:55 tomo el AVE de nuevo para BCN. A las 22:30 de la noche llego a casa cansado de un fin de semana intenso y agotador.
Mi tiempo final ha sido de 3:25:48 y la posición la 2415 de 11500 inscritos.
Después del avituallamiento, cojo mis cosas y me dirijo a coger el tren de cercanías para volver al centro de Sevilla. Me ducho en el hotel, como algo rápido y a las 15:55 tomo el AVE de nuevo para BCN. A las 22:30 de la noche llego a casa cansado de un fin de semana intenso y agotador.