domingo, 9 de agosto de 2020

Vacaciones 2020


Llança-Costa Brava

Dos días después de la aventura del Vignemale, me marché con Mayte a la Costa Brava, más concretamente a Llança. Durante los diez días que estuvimos allí disfutamos de unos estupendos parajes con mucha menos afluencia de personas de lo que es habitual para estas fechas. Debido a la pandemia del Covid 19 no hemos sufrido agobios, colas, ni aglomeraciones. Si no fuera por lo dramático de la situación y por el uso de la dichosa mascarilla, podría decir que ha sido un auténtico lujo disfrutar de las playas, restaurantes y lugares de interés, que la zona ofrece. En lo que respecta al contenido de este blog, salí varias veces a correr por el estupendo camino de ronda que va de Llança al Port de la Selva, además de hacer un par de salidas de algo más de envergadura. El lugar ofrece muchas posibilidades pero me centré más en disfrutar de la compañía de Mayte, de la gastronomía de la zona y de los baños en diferentes calas y playas, que no en recorrer caminos de ronda y el maravilloso Cap de Creus. Para quién le interese, existen muchas rutas magníficas.

Faro en el camino de ronda, entre Llança y Port de la Selva
Dalí con mascarilla, en Cadaqués

Una de las salidas que llevé a cabo la inicié en Port de la Selva. Dejé el coche en el parking de la playa con la intención de ir hasta Cala Taballera. Para ello seguí las marcas del GR11 y me desvié un poco para contemplar de cerca la Cala Tamariua. Me hacía ilusión volver a ver estos parajes. La primera vez que estuve en Port de la Selva yo tenía 17 años y estuvimos por aquí en una tienda de campaña. En el mar, en el tramo que va del Port de la Selva hasta esta cala, había una palanca de madera, a modo de trampolín, y nos tirábamos horas allí, lanzándonos de cabeza al mar, con una sensación de absoluta libertad. Estuvimos yendo allí al menos tres años, las primeras veces en tren desde Barcelona a Llança y desde aquí en autobús hasta el Port de la Selva. Eran tiempos muy distintos a los actuales. En la actualidad y desde hace bastantes años, la palanca ya no existe, supongo que por miedo a que ocurra algún accidente.

Cala Tamariua

Bueno, seguí el GR11 hasta Mas Paltré, pasando antes por la Ermita de Sant Baldiri. En Mas Paltré se abandona el GR, que nos conduciría al Far del Cap de Creus, y se sigue una pista a la izquierda hasta una pequeña zona de parquing. Desde aquí baja un sendero hasta la Cala Taballera. Era uno de esos días en los que la bruma sale del mar, dando una sensación misteriosa a la zona, como envuelta en vapor.

Cala Taballera

Para volver, deshice el camino de ida pero, al pasar por Sant Baldiri, decidí seguir las marcas de la marcha 24 hores Cap de Creus. Esta magnífica marcha la completé en una ocasión. Es una ruta de 87 kms  que recorre gran parte del territorio desde Llança, primero en una vuelta de 26 kms. hacia el norte (Platja del Garbet, Puig Esquer) para volver a Llança y después en otra vuelta de 60 kms. hacia el sur (Sant Pere de Rodes, Sant Salvador, Cadaqués, Cap de Creus , Port de la Selva y Llança). Las marcas son de color rojo y verde y se pueden ver por muchos tramos de la zona. Estas me hicieron llegar al Port de la Selva por el interior. Me salieron un total de casi 17 kms. y calculo que unos 600 m de desnivel positivo o quizás algo más. Tardé 2 h 40 min.

La siguiente salida destacable fue la de subir desde Llança por el GR11 hasta Sant Pere de Rodes, pasando por Coll de Perer. Hasta este punto se sube por un sendero y a partir de aquí se sigue por pista. Una vez en Sant Pere de Rodes, seguí subiendo hasta las ruinas del Castell de Sant Salvador, magnífico mirador del golfo de Roses. Un lugar espectacular. En total se hacen 682 m de desnivel desde Llança.

Golf de Roses, desde las ruinas del Castell de Sant Salvador
Vistas hacia El Port de la Selva

Bajé de nuevo hasta el monasterio y desde aquí descendí por el sendero que recorre la Vall de Santa Creu hasta el mar, desde donde tomé el camino de ronda hasta el apartamento que teníamos alquilado en la Cala del Cau del Llop. Pasadas las 10 de la mañana ya estaba de vuelta, ya que para evitar pasar demasiado calor salí a las 7 de la mañana. Es un estupendo recorrido que se puede alargar bajando por el camino que lleva a la Selva de Mar y el Port de la Selva. En total me salieron 17,7 kms y tardé 3 h 05 min. 

Vistas desde la terraza del apartamento

Les-Vall d´Aràn: Montardó (2837m)-Tuc de Molières (3010

La segunda etapa de las vacaciones la hicimos en la Vall d´Aràn, más concretamente en Les. En esta ocasión, además de Mayte, nos acompañaba nuestro nieto Quique. El fin se semana esperabamos la visita de nuestro hijo Aitor, con la intención de hacer la ascensión al Montardó. Antes aprovechamos para hacer un par de excursiones en coche y visitar los magníficos enclaves de Pla de Beret y Montgarri el primer día y la Artiga de Lin y Uelhs deth Joèu, el segundo.

Montgarri
Artiga de Lin


Uelhs deth Joèu

El sábado 1 de Agosto, a las 6 de la mañana nos levantamos para conducir hasta Arties y subir la pista hasta el aparcamiento de Pont de Ressec. A la 7:30 empezamos a andar, primero por pista hasta Pontet de Rius. Este tramo se puede hacer en taxi y te puedes ahorrar esos 2,5 kms de pista, aunque nosotros lo hicimos andando, como siempre que he estado aquí. A partir de aquí, el primer tramo es una subida de unos 500 m de desnivel. Es un sendero que, entre bosque y haciendo zig-zag, nos deja en Era Restanca, con su correspondiente lago y el refugio del mismo nombre (2010 m). Desde el coche hasta aquí hemos tardado 1h 15 min. aproximadamente. Nos paramos un momento para contemplar el entorno y comer un plátano.

Llegando al refugio de La Restanca

Seguimos subiendo hasta el Estany de Cap de Pòrt (2246 m) uno de los lagos más bonitos de la zona. Sin parar, seguimos subiendo hasta el Port de Rius o Coret de Oelhacrestada (2475 m). Aquí hay un cruce de caminos desde el que se puede seguir hacia el Refugio Ventosa i Calvell, hacia Colomers o subir al Montardó. Nos paramos a comer algo, con el Estany de Monges a nuestros pies. El lugar es estupendo, todo verde, con las vacas pastando tranquilamente. 

Port de Rius y Estany de Monges

Reanudamos la subida, desde aquí marca 1h 15min. hasta la cima. El paisaje se va abriendo cada vez más y llegamos al Cóth de Montardo (2763 m). Ya solo nos queda un último tramo de subida. En pocos minutos estamos en la cima (2837 m). Hemos tardado un total de 3h 30 min. Las vistas son maravillosas, con los lagos que hemos ido pasando a nuestros pies y enfrente a la derecha el Macizo de la Maladeta y a la izquierda los Besiberri. Es uno de los picos con mejores vistas en los que he estado nunca.

Desde la cima del Montardó: Los Besiberri y Estany de Mar

Desde la cima del Montardó: La Maladeta

La bajada la realizamos con calma. Primeros nos paramos un rato en el Estany de Cap de Pòrt donde nos tumbamos en la hierba y nos refrescanos en sus aguas cristalinas. Después nos paramos a tomar algo fresco en el Refugio de la Restanca, para ya sin más, bajar de nuevo hasta el coche. 

Estany de Cap de Pòrt

El lunes 3 de Agosto realicé mi segunda ascensión: el Tuc de Molières. Aún madrugué más que el sábado anterior, me levanté a las 5:30. En esta ocasión iba solo. Dejé el coche en el parking que hay justo encima de la boca sur del Túnel de Viella, a unos 1600 m de altitud. Para acceder, viniendo desde Viella, y una vez atravesado el túnel, hay que seguir hacia abajo y estar atento a un cambio de sentido para volver a circular en dirección a éste y antes de llegar coger una especie de vía de servicio a la derecha, la cual te deja en el aparcamiento. Hay indicaciones para ir hacia el Tuc de Molières y a otros lugares de la zona. A las 7 de la mañana empezaba a andar. Después de unos 15 minutos de pista el camino se convierte en sendero y empieza a progresar en subida. Primero transita por bosque, después se superan un par de cascadas por su derecha y ya se entra en el circo. El camino sube, salvando el desnivel, haciendo zig zag. Todo el rato esta marcado con hitos, no hay otro tipo de marcas. Por este tipo de terreno acabo llegando, en dos horas de subida, al Refugio de Molières (2391 m). 

Refugio de Molières
Circo y cima del Tuc de Molières

En realidad, no hace falta llegar a él, ya que el camino sube pegado al primero de los Estanhots de Molières. Como algo en este punto y observo el terreno. Es una caos granítico. No acabo de saber cual es el pico, por lo que saco el mapa para orientarme. Continúo siguiendo hitos pero en algún punto tomo un camino que no es el correcto. El hecho de estar también marcado con hitos, aunque en menor proporción que el camino principal, hace que me confíe y lo siga un buen rato. Empiezo a pensar que no llevo la dirección correcta, me estoy desviando demasiado a la derecha. Me paro de nuevo a observar el terreno y veo a dos personas bajando por la canal que conecta con la cima. Inmediatamente tomo esa dirección, franqueando a media ladera por una pedrera, la cual, afortunadamente, es bastante estable y retomo el camino correcto.  Progreso sin bastones ya que lo hago mejor sin ellos cuando voy por piedras. El camino se empeña en seguir subiendo y obstinadamente va encontrando la manera de hacerlo. Llego a la base del Coret de Molières. Ahora toca hacer un grimpada, fácil pero algo expuesta en algún punto. Los hitos desaparecen. Cuando estoy llegando arriba y voy a pasar al otro lado de la cresta, se me pasa por la cabeza la posibilidad de haberme equivocado y encontarme, al otro lado, un impresionante cortado. Afortunadamente no es así, y paso cómodamente al otro lado y desde aquí, en unos pocos minutos, llego a la cima: Tuc de Molières (3010 m). Desde aquí las vistas de la Maladeta son estupendas. El macizo se encuentra muy cerca. A la otra banda, hay unas grandes vistas de todo el circo de granito por el que se sube, con los Estanhots de Molière e incluso se ve todo el valle, hasta donde está el coche, en la boca sur del Túnel de Viella. He tardado algo más de 4 horas, debido en parte a ese momento de desorientación que he tenido.

En la cima del Tuc de Molières o de Mulleres

La Maladeta desde la cima

Arriba me encuentro con dos parejas y nos hacemos fotos mutuamente. Les comento mi preocupación por tener que dresgrimpar esa último tramo de subida. Ellos me dicen que es más fácil de lo que parece. Aún así, estoy poco rato en la cima y decido afrontar cuanto antes la bajada. Cuando me asomo al tramo que tengo que descender me impresiona. Pero no dudo ya que teno que hacerlo sí o sí.  En el primer paso hay que situarse bien de cara a la roca, pero una vez bajados esos primeros dos o tres metros, el resto es bastante sencillo.

Tramo de grimpada antes de la cima

Vistas de toda la ascensión. Al fondo está la zona de aparcamiento en la boca sur del túnel de Viella

Ahora sí que bajo por el camino correcto. Empiezo a encontrarme con grupos que suben. Casi todos me preguntan. Me paro en el lago que hay más cerca del refugio para beber, relajarme un poco y mirar la montaña que acabo de ascender y de todo el caos de roca que la forma. Continúo bajando y me sigo encontrando a personas, en grupo o en solitario. Me sorprende que la gente suba tan tarde en pleno verano, aún así la altitud hace que el calor sea soportable. Voy llegando a las zonas más bajas y a las 14:30, después de 7 horas y media, llego al coche. 

Se han acabado las ascensiones, ya he tenido bastante por este verano. Pero le debo a mi nieto Quique, de nueve años, una salida. La idea es subir hasta el estany de Cap de Pórt, otra vez, pasando por Era Restanca y pasar allí un buen rato y darnos un buen baño. Subimos muy bien, aunque antes de la Restanca, el niño ya empezó a preguntar si faltaba mucho. Desde aquí y hasta nuestro destino, él se puso delante y marcó el ritmo. Tardamos unas dos horas y cuarto desde el coche. 

Estany de Cap de Pòrt
Bajando a Era Restanca

Hacía un día esutpendo, soleado, pero corría una brisa fresquita que no invitaba al baño. Por lo tanto nos limitamos a mojarnos los pies, refrescarnos un poco, comer unos bocatas y hablar de nuestras cosas tirados en la hierba. El lugar me cautiva. Estoy realmente enamorado de este enclave, por eso lo he elegido. Me hacía ilusión que el Quique conociera un lugar tan estupendo. Después de algo más de una hora bajamos al refugio y nos tomamos algo fresco. En la parte de atrás del refugio hay unas mesas y puedes tomarte algo allí e incluso comerte unas bravas. Todo un lujo para estar en alta montaña. Después de nuestro vermut, decidimos bajar hasta el coche y volver a Les, tan ricamente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario