martes, 25 de febrero de 2014

23.02.2014 Maratest de Badalona

Este domingo participé por primera vez en esta carrera de 30 kms. de recorrido y que da dos vueltas a un circuito de 15 kms. También se puede optar por hacer una sola vuelta. La idea de esta prueba es realizar un test de cara a la Marató de Barcelona el día 16 de Marzo, es decir, de aquí a tres semanas. Cuando entreno para una maratón no suelo hacer tiradas tan largas pero este año me he decidido a hacerla aunque no tengo claro los beneficios de hacer un esfuerzo como este a tan poca distancia de la maratón. Yo me he quedado con dudas sobre cual puede ser mi rendimiento en ese día.

De todas formas, mi idea era salir a un ritmo de 4:35 minutos el quilómetro, unos segundos más lento de lo que me gustaría hacer la maratón. Así y todo he acabado bastante justo de fuerzas y eso es precisamente lo que me genera dudas de cara a correr 42 kms. También sé, por experiencia, que cada carrera es un mundo y mentalmente te adaptas a la distancia que vas a correr ese día, y por lo tanto en todas las carreras acabas sufriendo los últimos quilómetros independientemente de la distancia que recorras.

El desarrollo de la prueba ha sido algo anormal a lo que estoy acostumbrado. A mí me gusta llegar con tiempo, calentar bien y situarme pronto en la zona de salida para ubicarme en un buen lugar siempre de acorde a mi nivel u objetivo. Llegar pronto sí que lo hice pero no pude hacer todo lo demás. La razón es que al llegar a la carrera me paré a tomar un café en un bar. Allí me encontré con toda el grupo de corredors.cat que hacen de liebre y como yo pensaba ir en uno de estos grupos para que me llevaran a un ritmo constante me uní a ellos. Fuimos a cambiarnos con tiempo pero todo el proceso para colocarse las banderas que identifican el objetivo o marca a cumplir tiene su intringulis. El caso es que para que esas banderas no se muevan demasiado y los que las llevan puedan correr con comodidad hay que ponerse unos arneses muy ajustados y no es que sea difícil pero la cosa se complicó un poco bastante. Al final llegamos a la zona de salida con menos de cinco minutos de margen antes del pistoletazo de salida y con toda la zona abarrotada de corredores. No pude calentar y me tuve que colocar donde buenamente pude. Además perdí el contacto con el grupo con el que tenía que correr y no veía la bandera por ninguna parte.

Dan la salida y el primer quilómetro es bastante caótico e incluso peligroso pero pronto se puede correr bastante bien. Cojo un ritmo cómodo pensando que mi liebre venía detrás y que cuando me atrape ya me engancharé con el grupo. No los veo ni delante ni detrás y cuando me encuentro con otro corredor que tenía el mismo objetivo que yo me comenta que la liebre va bastante por delante. Sé que no puedo acelerar para alcanzarla porque lo acabaré pagando y decido ir a mi ritmo y voy compartiendo quilómetros con el corredor al que pregunté. No llevo reloj porque lo he perdido, creo que me lo ha cogido mi nieto y lo ha escondido, aunque tampoco lo puedo asegurar. Así que corro sin referencias y solo por sensaciones. Me encuentro bastante bien y pasado el km. 13 diviso a lo lejos el grupo que buscaba. No me vuelvo loco y decido seguir igual y finalmente en el km. 20 les doy alcance. Pero supongo que he hecho más esfuerzo del debido y en el km. 23 veo como poco a poco me voy quedando atrás. Me resigno a ello y voy otra vez solo aunque el grupo nunca se me ha ido más de 100/150 metros delante mío y mantengo el contacto visual. Los últimos 5 kms. se me hacen bastante duros y el perfil del final y el viento de costado no ayudan. Aún así aguanto bastante bien y acabo más o menos en el tiempo previsto. Mi marca final ha sido de 2:18:34 y la posición la 385 de 1872 llegados a un promedio de 4:37 min/km.

Me quedo con dudas de cara a la Marató de BCN. Creo que estoy en disposión de afrontar el sub 3:15 pero me haría mucha ilusión bajar de 3:10 y conseguir mi mejor marca. Lo intentaré y la carrera me pondrá en mi sitio.

viernes, 14 de febrero de 2014

Triatlón dominical


A lo largo de mi vida las tardes de los domingos han ido pasando por diferentes fases. Cuando era más joven si el fin de semana había resultado satisfactorio por las actividades que había llevado a cabo permanecía el rollo agradable de recordar lo vivido y normalmente acabamos acudiendo (Mayte y yo) al lugar de encuentro habitual con nuestras amistades para compartir la experiencia. A veces alargábamos los encuentros hasta después de la medianoche en un intento de exprimir el fin de semana hasta la última gota. Si no habíamos hecho nada especial también agotábamos el domingo intentando recuperar el tiempo perdido.
Más adelante, cuando no hacíamos nada especial, las tardes de los domingos se convirtieron en tediosas y aburridas. Los pensamientos estaban puestos en la expectativa de una desagradable mañana de lunes y  se podría decir que eran unas tardes desaprovechadas. Este comentario lo he escuchado a muchas personas a lo largo de mi vida. El mejor momento del fin de semana era el viernes por la tarde al finalizar la jornada laboral y el peor el domingo por la tarde. Evidentemente esto va relacionado con el nivel de satisfacción que obtengas en tu dedicación laboral.


Con los años he ido aprendiendo que la vida hay que saborearla en cada momento y no nos podemos permitir el lujo de desaprovechar el tiempo en pensamientos inútiles y negativos. He convertido el domingo en un día agradable y satisfactorio y a no ser que tenga un compromiso especial o una salida de fin de semana (cosa cada vez más infrecuente debido a mi situación económica) disfruto de una rutina dominical de la que no me canso a pesar de que ya hace algún tiempo que la practico. Lo denomino triatlón dominical:

“Me levanto temprano (sobre las 7 o 7:30) y salgo a correr por la montaña. Si estoy entrenando para alguna carrera lo alargo más pero si no sobre las 10:30 o las 11 ya estoy en casa. Me ducho y salgo a comprar el pan y a tomar un café. Luego vuelvo a casa y preparo el sofrito de la paella y si me da tiempo me voy a dar una vuelta con mi nieto Quique o quedo con algún amigo para hablar un rato y tomar algo. Después, en casa hacemos el vermut , nos comemos la paella y nos echamos una buena siesta. Por la tarde bajamos al centro de Terrassa en moto y vamos al Cine Catalunya  y disfrutamos del placer de ver una buena película en una pantalla grande con total tranquilidad. Antes, Mayte y yo nos paramos a tomar un café y hablamos de nuestras cosas: nuestros planes, inquietudes, pensamientos, etc. Después de la proyección volvemos a casa a eso de las 21:30 de la noche con las pilas cargadas y con la satisfacción de haber disfrutado de un domingo agradable”.


No nos hace falta nada más y es suficiente para iniciar una semana más con un buen estado de ánimo. Lo recomiendo a cualquiera que quiera practicarlo. Tampoco pasa nada por quedarse en casa leyendo o simplemente no hacer nada, siempre y cuando nos aporte placer o tranquilidad.


martes, 28 de enero de 2014

26-01-2014 Mitja Marató de Terrassa

Este domingo 26 de Enero del 2014 he realizado mi decimosegunda participación  en la Mitja Marató de Terrassa. Teniendo en cuenta mi estado de forma actual y la progresión que he tenido últimamente en asfalto me conformaba con bajar de 1 h 35 min. Participar en esta carrera siempre es especial porque no es lo mismo correr por tu ciudad que en otro lugar. Siempre hay gente que te saluda y la perspectiva que tienes de la ciudad desde el centro de las calles, sin vehículos, es diferente a cualquier otro día. El sonido de las pisadas de los corredores y de los ánimos del público no tiene nada que ver con el ruido habitual de los motores de los coches y motos. Cuando hice mi primera carrera, la cursa de la Festa Major de Terrassa, esta sensación fue la que más me llamó la atención de todas.

En esta ocasión llegué pronto a la zona de salida. A las 7:45 había quedado con otros compañeros de corredors.cat para montar la carpa de la asociación y entregar los dorsales y camisetas a los miembros de esta que se habían inscrito a la Mitja. Debía hacer lo mismo con el “chiringuito” que monta la Asociación Alba, así que estuve entretenido hasta que a las 9:30 me fui a calentar para poder empezar a buen ritmo.
Mi idea era comprobar cuanto rato podía aguantar con el grupo que lideraba la liebre sub 1:30 y el objetivo era que después no me atrapara el grupo sub 1:35. Salí bastante bien y aguante con el grupo hasta el km. 6 más o menos. Estos primeros kms. son algo peligrosos ya que hay mucha gente, muchos nervios y calles no muy anchas. Hasta que no llegas a la Avda. del Vallés no se estira suficientemente la carrera. De todas formas, este año la prueba de 5 kms. salía 15 minutos más tarde y se ha notado bastante. Entre el km. 10 y el 18 es cuando mejor me he encontrado. La verdad es que después de la Avda. del Vallés me he empezado a sentir muy bien y he tenido muy buenas sensaciones. La Rambla d´Egara ya me ha costado un poco más y en las primeras rampas del Passeig 22 de Juliol (quizás el tramo más duro de toda la carrera) he notado un intenso dolor en mi gemelo izquierdo y he empezado a cojear ostensiblemente. Mi experiencia me decía (con buen criterio) que debía parar y mi carácter de corredor me decía que debía acabar. Lógicamente la batalla no la ha ganado el sentido común. Hasta ese momento pensé que podría acabar en 1:32 aproximadamente pero al no poder apretar por miedo a romperme del todo he acabado en 1:33:18. Objetivo cumplido aunque con sabor agridulce ya que he bajado de 1:35 pero me he lesionado. Mañana haré una prueba pero probablemente tendré que acudir al fisio y este contratiempo me retrasará en mi preparación para la Marató de Barcelona del mes de Marzo.

Mi posición final ha sido la 402 de 1897 llegados. Mención especial para mi amigo Jordi Abad para el que no pasan los años y este año ha llegado unos 20 segundos detrás de mí. En la próxima yo creo que me atrapará. Gracias a Jordi Wester y a Víctor por sus fotografías. Ah, salgo en la portada del Diari de Terrassa de hoy martes 28 de Enero. La próxima será el Maratest de Badalona el 23 de Febrero.







Para los más interesados ahí van mis parciales:
Km 5           km 10        km 15      km 20       Llegada
20:46         43:43          1:05:24    1:29:37      1:33:18

(El km. 20 no estaba bien ubicado)







viernes, 3 de enero de 2014

Sweet Memories with Rush


Me gusta el rock desde los catorce años. Cuando escuché el Made In Japan de Deep Purple después de varias veces supe que aquello era lo mío. Después vinieron muchas bandas y muchos discos llegando a cotas de emoción y entusiasmo muy altas. Por citar a algunas destacaría a Led Zeppelin, Ted Nugent, Rory Gallagher, Lynyrd Skynyrd, Lou Reed, Neil Young, Pink Floyd y un largo etcétera de grupos y artistas hasta llegar a la banda más importante para mí a nivel personal: RUSH. Después de bastantes años de escuchar y vivir el rock estaba saturado y necesitaba un cambio. Este me lo proporcionó el jazz y durante bastantes años cambié a las bandas que he mencionado por otros nombres como Miles Davis, Pat Metheny, John Coltrane, Dexter Gordon, Ron Carter, Ray Brown, Charlie Parker y otro largo etcétera de nombres ilustres y piezas fundamentales en la historia de la música. Además tuve la oportunidad de asistir a muchos grandes conciertos en La Nova Jazz Cava de Terrassa y me siento muy afortunado por haber vivido y disfrutado esa época tan estupenda. Tenía mis vinilos de rock guardados en un armario y mi viejo plato también. Un buen día sentí la necesidad de escuchar de nuevo aquellos temas que me habían hecho vibrar tanto. Me tuve que comprar un plato nuevo y empecé a remover entre los discos a ver por cuáles me decidía aunque en realidad ya lo sabía. Después de varias escuchas cogí el disco “A Farewell to Kings” (1977) de Rush. Cuando empezó a sonar mis emociones se desbordaron de tal forma que hasta yo me sorprendí. ¡Qué pasada!, ¿cómo podía haber estado tanto tiempo sin escuchar todo aquello? Luego escuché “Hemispheres” (1978) y casi rompo a llorar. Explico todo esto porque he tenido los mismos sentimientos estos días al ver el documental “Rush: Beyond The Lighted Stage” (2010). Me lo ha regalado mi hijo Aitor esta Navidad y se lo agradezco profundamente. Ha sido todo un detalle y un gran acierto por su parte.

Supongo que muchos ya lo habréis visto y que ya voy tarde. Recuerdo que el amigo Wester me lo recomendó hace bastante tiempo pero mi poca destreza con la tecnología hizo que no lo pudiera ver y me olvidé. Ahora que lo he visto entiendo sus comentarios y su insistencia para que lo viera.

Conocí a Rush con 18 años, o sea en el año 1982. Solía acudir a un bar musical de Terrassa llamado Chrysalis, en la calle de La Rasa, donde ponían muy buena música. Un día escuché un tema que me llamó  mucho la atención y que no conocía. Después de varios días de escuchar esa canción le pregunté al disc-jockey qué era aquello. Me dijo que era una banda llamada Rush y me apuntó el título del disco: “A Farewell to Kings”. El tema se titulaba “Xanadu” y me parecía increíble. Estuve buscando el disco pero estaba descatalogado y no lo encontraba. Así que me olvidé porque aún tenía muchas bandas por descubrir. Pero la vida estaba empeñada en que no me olvidara de Rush y el día 5 de Enero de 1983, el día de mi decimonoveno  cumpleaños, Mayte se presentó en la puerta de mi trabajo a las ocho de la mañana con un regalo. ¡Qué detalle más bonito! No había encontrado el disco que yo buscaba pero acababa de editarse “Signals” (1982) y pensó que era una buena idea regalármelo. El disco me gustó pero era diferente a lo anterior. Había mucho teclado aunque tenía grandes temas. Pero había una cosa que no me convencía y era el hecho de que un mismo músico tocara el bajo, los teclados y además cantara. Creo que una banda de rock ha de ser capaz de tocar los temas de sus discos en vivo de la forma más fiel posible y pensaba que Rush no podía cumplir con ese requisito por lo que mantuve una cierta distancia con aquel disco aunque me gustaba. Años después fue uno de mis trabajos favoritos. Pero aún tuvo que pasar un tiempo y tuve que cumplir con mis obligaciones patrióticas y hacer el servicio militar. En ese periodo además de rock disfruté bastante con la "movida" española con grupos como Golpes Bajos, Radio Futura o Parálisis Permanente. 

Después de licenciarme llegó a mis manos el disco “Permanent Waves” (1980), creo que era del Wester y también me gustaba bastante aunque se me hacía un poco pesado de escuchar. Aun así lo grabé en una cinta de cassette y lo devolví. Algunos días después, volviendo a casa después de salir por la noche, iba escuchando este disco en mi Simca 1000. Antes de llegar a casa, en un momento de inspiración, toda esa música me entró de golpe como un torrente incontrolable de energía. No me podía creer lo que estaba escuchando. ¿Cómo no me había dado cuenta antes? ¡Qué bueno era aquello! Hasta que no lo escuché entero no subí a casa y a partir de ese día supe que me tenía que dedicar a conocer la discografía de Rush aunque aún no era el momento ya que estaba muy ocupado en prepararlo todo para unír definitivamente mi vida a la de Mayte.


Decidí ir poco a poco para poder sacarle partido a cada trabajo. Como los discos de Rush no eran fáciles de encontrar en Terrassa los pedía por encargo en una tienda que se llamaba Record Pool. Empecé por el primero de la discografía de título “Rush” (1974). Ya vi que era bastante distinto a lo que conocía, era más guitarrero y simple, pero también me gustó y entendí que la mejor forma para disfrutar de cada disco era seguir su orden cronológico y creo que fue un  acierto. Así conocí “Fly by Night” (1975), “Caress of Steel” (1975), “2112” (1976) y su primer doble en directo “All the World´s a Stage” (1976) y cada día me gustaban más. Un día fui a Barcelona y pasé por discos Castelló y miré a ver si tenían algo de Rush. ¡Qué pasada, tenían un montón! Me tiré la manta a la cabeza y compré todo lo que no tenía: “A Farewell to King”, “Hemispheres”, “Permanent Waves”, “Moving Pictures” (1981), “Grace Under Pressure”(1984) y “Power Windows”(1985). Ya no me dosifiqué y me dediqué en cuerpo y alma a escuchar estos discos. Imaginaos como me sentí cuando descubrí “Moving Pictures”, posiblemente el mejor disco de Rush y seguro que uno de los mejores de la historia del rock. En cambio “Power Windows” me costó de asimilar con todos esos sintetizadores, aunque debo reconocer que con el tiempo ese trabajo también me acabó gustando mucho.

Seguía manteniendo mis dudas respecto al potencial en directo de la banda. El primer directo “All the World´s a Stage” pertenece a la época en la cual aún no utilizaban teclados y los temas no eran tan complejos como los de su segunda época. Una noche estábamos haciendo vivac en una bauma en el Camí de la Font Soleia, en Sant Llorenc del Munt. Estábamos en el saco de dormir mirando las estrellas y charlando tranquilamente. Prácticamente nos íbamos a dormir cuando nuestro amigo Juan Carlos llegó con su radiocasete. Evidentemente nos revolucionó y nos dijo que traía material de Rush que no conocíamos. El disco era el doble en directo “Exit…Stage Left” (1981) y resolvió todas mis dudas sobre la capacidad de Rush de tocar esos temas en vivo. Aquella noche, en la montaña, pude disfrutar por fin, sabiendo que lo que había en los discos de estudio era posible tocarlo en directo por un trío. Cada tema que escuchaba era celebrado por mí con un enorme entusiasmo. Fue una gran noche.

A partir de aquí todo se aceleró. Nuestro amigos Tomás y Andrés abrieron un bar musical y le llamaron “La Villa Strangiato” (temazo del disco Hemispheres) y cada fin de semana acudíamos a escuchar los discos de Rush (y de otras bandas) entre alcohol, humo y muchas ganas de diversión. Mi cuñada Marisa también puso su granito de arena y en una ocasión que estuvo en Madrid tuvo el detalle de regalarme un par de videos que encontró. Uno era la grabación de la gira “Grace Under Pressure” de 1984 y el segundo era un recopilatorio de video clips de título “Trought the Camera Eye”. Ya hacía tiempo que tenía el video “Exit..Stage Left” y cualquier excusa era buena para acudir a mi casa a ver una y otra vez estas filmaciones.

La vida seguía y la fiebre por Rush fue normalizándose aunque esperábamos con ansia nuevos trabajos. Su disco “Hold Your Fire” (1987) fue una pequeña decepción pero nada comparable con la de “Presto” (1989), para mí su peor trabajo de los que yo conozco. “Roll the Bones” (1991) supuso una mejoría aunque para mi gusto bastante lejos de aquellos memorables trabajos de su época dorada. Entre medias de todo esto se editó “A Show of Hands” (1989) otro doble en directo y video de la gira. Pero en esta tiempo ocurrió un hecho muy destacable que marcó para siempre el idilio mío y de otros amigos con Rush.

Nos enteramos que había un pub de Barcelona que organizaba un viaje a Londres para ver a Rush en directo. Muchos amigos decidieron que iban a ir. Yo ya tenía a mis dos hijos: mi hija Arantxa iba a cumplir cinco años y Aitor dos. El problema es que el concierto era en plena Semana Santa. Esos días siempre íbamos en plan familiar con nuestras amistades normalmente a la montaña y dejar a mi familia para irme yo a Londres a un concierto me parecía un poco egoísta. Mayte me sacó de dudas enseguida y me dijo que me fuera a Londres, que ellos se irían igualmente sin mí. Creo que nunca se lo he agradecido lo suficiente. Supongo que sabía lo que representaba para mí ver a Rush y también supongo que valoró que si no iba mi mal humor podría llegar a límites insospechados. Así que en la Semana Santa de 1992 mi familia se fue a una masía alquilada a Sant Pau de Seguries y yo me fui a Londres a ver a Rush.

Llegamos a Londres sobre la una de la madrugada. Teníamos entradas para un concierto pero ellos actuaban dos días seguidos. Por la mañana nos dirigimos a la tienda de discos Virgin y compramos también entradas para la otra actuación que era esa misma noche en el Wembley Arena. Como sacamos las entradas el mismo día eran entradas al fondo del pabellón. Me sorprendió que las entradas fuesen numeradas y todo el mundo ocupara su asiento. Incluso si alguien llegaba tarde unas acomodadoras, como en el cine, acompañaban a las personas hasta su localidad. Tampoco se podía fumar y las cervezas eran de baja graduación. Todo eso no fue problema para disfrutar del concierto a tope. Como estábamos en una zona algo alejada y no teníamos gente detrás nuestro podíamos estar de pie y moviéndonos. No entendía como el público podía permanecer sentado ante aquella avalancha de música. Yo disfruté de lo lindo y para ser sincero prácticamente no vi el concierto. Lo pasé con los ojos cerrados, disfrutando de lo que estaba escuchando y a veces me decía a mí mismo “abre los ojos y mira, estás en un concierto, está tocando Rush” pero la emoción y la pasión me impedían abrirlos y me encontraba en un estado de éxtasis. Sabía que ellos estaban allí y que lo que escuchaba no era ningún disco. También sabía que al día siguiente los volvería a ver y ya haría el esfuerzo por mirar, pero ese día me dejé llevar. Salimos del concierto en una nube y con ganas de volver a disfrutar de aquel gran espectáculo. En el segundo concierto teníamos las localidades en un lateral pero bastante más cerca del escenario que la noche anterior. Me lo tomé con más calma y estuve más atento a lo que ocurría delante de mis ojos. Como estábamos rodeados de gente no podíamos estar de pie ya que si alguien se levantaba todos los de detrás también debían hacerlo. A veces era inevitable el levantarse pero los ingleses no se enfadaban. Al revés, aprovechaban y así se levantaban y se movían también. Yo creo que en el fondo les gustaba y les servíamos de excusa para desmadrarse un poco.
En los dos conciertos acudimos con una pancarta reclamando su presencia en Barcelona pero evidentemente no tuvimos éxito. Y esto es algo que les reprocho. Una vez, en una entrevista, les preguntaron por qué no venían a España y la explicación que dieron fue que su nivel de ventas aquí era muy bajo. La mayoría de mis discos son ediciones holandesas y estoy seguro que si vinieran llenarían el Palau Sant Jordi. Vendrían fans de toda España y seguro que de Francia. Los seguidores de Rush son muy fieles y creo que deberían tener un poco más de consideración hacia los fans de aquí.

Después de los conciertos de Londres todo se fue relajando. Mi afición al rock fue en descenso y cada día me interesaba más el jazz. Los nuevos disco de Rush no me entusiasmaban y “Counterparts” (1993) fue el último trabajo que compré y es el único que tengo en formato CD. Es un gran disco pero ya no me entusiasmó. El resto no los conozco a excepción de su último trabajo de 2012 “Clockwork Angels” que al principio  parecía que sí, pero a las pocas escuchas dejó de interesarme. Antes editaron “Test For Echo” (1996), “Vapor Trails” (2002), “Feedback” (2004, álbum de versiones), “Snakes & Arrows” (2007) y diversos ábumes en directo. Tocan muy bien, su sonido es excelente, si analizas los temas todos son perfectos pero no me emocionan. ¡Qué le vamos a hacer!

Después de ver la película “Beyond The Lighted Stage” me han dado ganas de conocer todos esos discos que no he escuchado pero me da mucha pereza y no tengo ganas de llevarme una decepción. Es mejor no forzar las cosas. Lo que sí me ha dado un poco de envidia es saber cómo se identifican sus fans anglosajones con las letras de sus temas. Soy consciente que me he perdido una parte importante de su música al no conocer sus letras y también sé lo importante que es poder cantar una canción y que la letra te diga algo. Pero en este caso ya no podrá ser aunque me las aprendiera de memoria ya que no es mi lengua. Aún así no estaría mal encontrar algún libro con las letras de todos sus temas en versión original y traducidas.

Este verano celebramos en Vacarisses la segunda edición de la “Merienda Rock” que es una fiesta al aire libre que organizamos entre antiguas amistades para reencontrarnos y disfrutar de la música que nos apasionaba hace años y con la que lo habíamos pasado tan bien. En uno de los ratos en los que yo “pinchaba” puse “Xanadu” para deleite de todo el personal. Esa introducción es irrepetible y te mantiene en un estado de excitación tal que cuando empieza el tema en sí ya estás a cien por hora. Parece que hablemos de sexo, pero no, es música, es rock, es Rush.

Por último solo quiero añadir que aunque no soy mitómano y nunca me ha interesado especialmente nada sobre los músicos  salvo su vertiente artística debo reconocer que me siento orgulloso de ser fan de esta banda. En la película hablan sobre sus crisis como grupo pero por encima de todo el valor que los une es una gran amistad y un gran respeto. Y eso se nota

Nota. Para no tener que arrepentirme de mis palabras hace unos días que escucho en mi coche su último trabajo “Clockwork Angels”. La verdad es que hay momentos muy brillantes donde bajo, guitarra y batería alcanzas niveles de gran inspiración. Seguiré escuchando a ver qué pasa.



miércoles, 1 de enero de 2014

31-12-2013 Cursa dels Nassos

Ayer, día 31 de Diciembre corrí la última carrera de este año. La verdad es que desde que hace ya bastante tiempo corrí la Sant Silvestre de Barcelona siempre me ha gustado correr esta prueba. Su nombre actual es “Cursa dels Nassos” ya que creo que tienen un problema legal si quieren utilizar el nombre de Sant Silvestre.
Esta vez he ido acompañado. Hemos ido el Antonio, el Jordi y yo. Como que los tres estamos poco introducidos en el mundo actual de las nuevas tecnologías no se nos ha ocurrido hacernos ninguna fotografía. ¡Ya nos vale! Las que he colgado aquí son de la edición de 2011 que precisamente es donde hice mi mejor marca en una prueba de 10 kms. con un tiempo de 40:02 y que creo que ya nunca podré mejorar.
Lo que tiene una carrera de 10 kms. es que se pasa rápido y uno no puede recrearse en las sensaciones y hay poco que contar. Se sale a tope y cuando llevas tres kms. estás deseando que se acabe. Yo lo paso mucho peor en un diez mil que en una maratón de montaña. Sales a darlo todo y has de tener capacidad de sufrimiento para aguantar. Hace dos años, cuando hice la marca que he comentado, estaba más en forma y era más rápido. Estaba muy mentalizado y estuve mucho rato concentrado pensando en el recorrido. Quería bajar de 40 minutos y casi lo consigo. Recuerdo que a partir del km 8 mentalmente iba pensando: “venga que solo faltan dos kms., sigue sufriendo, son solo 8 minutos, venga vamos, tú puedes” y al final me quedé a dos segundos de la gloria aunque hoy valoro mucho esa marca.
Este año salí cerca de la liebre sub 40 aunque sabía que no podría mantener el ritmo. La he tenido cerca hasta el km.3 más o menos y hasta el km. 5 he mantenido el tipo (20.32). La segunda parte tiene un tramo más duro y he bajado algo el ritmo. Al llegar a Diagonal y a falta de dos kms. lo he dado todo y he entrado con una marca de 41:47. No está mal para mí. La posición ha sido la 1256 de 11500 inscritos.
Ha sido una tarde agradable y en buena compañía. Hemos vuelto charlando animadamente y escuchando música en el coche. Es una buena forma de despedir el año. Esperemos que el 2014 sea mejor y no me refiero a lo deportivo que para mí ha sido un año excelente. He participado en 16 pruebas y me siento muy satisfecho con mi rendimiento.




A ver si encuentro trabajo en este nuevo 2014.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Concierto de Gran Cañon 28-12-2013



Nunca he sido un gran fan de los grupos de rock españoles. Existen enormes músicos en otros estilos, especialmente en flamenco y jazz, pero en el rock hemos sido limitados. La verdad es que comparados con otras bandas inglesas y norteamericanas siempre me han parecido que su nivel está bastante por debajo de éstas. Disfruté mucho la época del Rock´n Ríos de Miguel Ríos pero habría que añadir que estaba viviendo un momento muy dulce de mi vida. También me gustaron bastante Leño y Barón Rojo. Del resto he disfrutado de algunos buenos temas pero mis gustos siempre han tendido hacia fuera de nuestras fronteras.
Por eso, cuando vi que Gran Cañon actuaban en Terrassa pensé que era una manera de resarcirme y de enfrentarme a esos prejuicios. A priori, es una superbanda nacional, con lo mejor del rock patrio. También encontré atractiva su apuesta de hacer versiones de rock de toda la vida en un local pequeño. Creo que de esta forma los músicos darían rienda suelta a sus emociones tocando temas que les gustan por el simple placer de hacerlo.

La cosa empezó mal. La hora de inicio del concierto era a las 10 y a esa hora ni tan siquiera habían abierto las puertas del local. Estuvimos media hora en la calle esperando a que se dignaran abrir. Me parece muy poco serio, muy poco profesional y una falta de respeto a los asistentes, que por cierto se han gastado un dinerito en una entrada. Después de entrar y dejar nuestros ropajes en el guardarropía nos situamos cerca del escenario, pero aún tuvimos que esperar hasta las 11 para que los músicos salieran al escenario. Estoy un poco harto de que ocurran estas cosas.

El concierto empezó bien y me pareció una banda con un sonido compacto, buenos solos de guitarra, una batería potente, un teclado que le daba un buen toque a la banda y un cantante curtido en mil batallas y con una gran personalidad en escena. Después de un tema de Santana que creo que fue de lo mejor del concierto la cosa se torció. Y no porque los músicos no pusieran ganas y el repertorio fuera malo. El problema vino por el sonido. El técnico de sonido debió pensar que el volumen no estaba lo suficientemente fuerte y decidió darle una vuelta más. El resultado fue un sonido estridente, donde se escuchaba muy poco la voz del cantante y donde todo vibraba. No entiendo como el técnico no se dio cuenta pero el caso es que fue a peor. Optamos por irnos hacia atrás, a ver si con mayor distancia se escuchaba mejor pero no conseguimos nada. Cuando tocaban algo más lento se escuchaba mejor pero en cuanto sonaba toda la banda al completo la el sonido volvía a empeorar.



No quiero transmitir la sensación de que todo fue horrible. En realidad lo pasamos bien y hubo momentos donde creo que la banda estuvo inspirada. Eso sí, el público estaba entregado de antemano. Del repertorio recuerdo a Santana, Allman Brothers (Southbound), Eric Clapton (Tulsa Time), AC/DC (Hight Voltage), Neil Young (Old Man)  Whitesnake, The Band, Dr. John, Jimmy Hendrix, Eagles y el clásico “Feeling Allright”.

En definitiva. Fue una buena fiesta para disfrutar pero con los inconvenientes que he explicado perdió mucho. Pudo ser una gran noche que se quedó en menos de lo que prometía. No sé si es que con la edad uno ya encuentra demasiadas pegas. Y hoy todavía tengo un zumbido en mis orejas.

viernes, 27 de diciembre de 2013

25-12-2013 Pujada a La Mola per Nadal



Ya son cinco años consecutivos los que participo en esta emblemática carrera que se celebra desde el año 1984. La prueba consiste en subir a La Mola desde Can Robert y a lo largo de los años al recorrido ha ido sufriendo distintas modificaciones impuestas por los responsables del Parque Natural. Actualmente se sube por pista hasta Can Pobla y después se enlaza con el Camí dels Montjos hasta la cima. En total son unos 3.250 metros de distancia y 460 metros de desnivel.

Este año ha habido algo menos de participación que en ediciones anteriores. Supongo que la posibilidad de lluvia ha hecho que algunas personas no se decidieran olvidándose de aquella máxima que dice que “a la montaña hay que ir aunque no llueva”. En fin, ellos se lo han perdido. Primero porque no ha llovido y segundo porque no han vivido el magnífico ambiente que hay en esta carrera. No quiero ir de auténtico pero encuentro que en esta prueba el ambiente es distinto al de otras carreras. Creo que la razón es que al ser un día tan especial la gente que acude son verdaderos amantes de Sant Llorenç y de las carreras de montaña. Sueles encontrarte personas que ves a lo largo de todo el año en otras pruebas de montaña y hay muchas ganas de hablar. Se genera muy buen ambiente y la parte deportiva queda en un segundo plano para una mayoría de participantes. Cuando dan la salida te suelen pillar desprevenido hablando con entusiasmo con alguien, tanto conocido como desconocido. A mí me cogió hablando con Ernesto (el compañero de la Merce, para quienes no lo conozcáis) con quien compartí el calentamiento y luego la bajada hasta Can Robert y nos pusimos al día de nuestra situación actual y de nuestros proyectos. Le doy las gracias por compartir esos momentos tan agradables.

El ganador como ya viene siendo habitual ha sido el gran Just Sociats con un tiempo rondando los 19-20 minutos. Lo digo por lo que suele ser habitual ya que aún no se han publicado las clasificaciones. Para quien no lo conozca deciros que este señor es un atleta de élite que cada año nos honra con su presencia y su humildad en la Pujada a La Mola. Yo tuve un error en el momento de activar el cronómetro y no lo puse en funcionamiento por lo que no sé mi tiempo y tendré que esperar a que se publique la clasificación oficial pero creo que estoy entre 33 y 34 minutos. Como anécdota quiero comentar que llegando  arriba, en el último repechón antes del Monestir me adelantó un niño que yo creo que debía tener como nueve años. No es que me tocara la moral pero sí que como mínimo me sorprendió.



Una vez abajo, ya en Can Robert, hicimos buen acopio de la “coca de vidre” que ponen en las mesas y que está buenísima. También hay porrones de cava así como otras bebidas y así siguen la armonía y la comunicación durante un rato más. En fin, ya lo sabéis para otro año. Si los excesos de la Nochebuena os lo permiten es una ocasión excelente para subir a La Mola. También se puede hacer fuera de competición y subir un poco antes andando tranquilamente para animar a los corredores en los últimos metros de la subida.