El domingo 13 de Julio el Quique realizó su primera ascensión a La Mola. No las tenía todas conmigo por varios motivos. El primero era porque nunca sabes como va a reaccionar un niño de 3 años y medio ante una aventura de este tipo. El segundo era porque concidía con una diada castellera dels Minyons de Terrassa que celebraban su 35 aniversario y ese día subiría muchísima gente y no quería hacer "tapones" en las zonas más estrechas del camino. Afortunadamente todo fue bien. El niño subió sin problemas y sin quejarse en ningún momento y fuimos tres más en una marea humana que subía a La Mola. El Aitor nos acompañó en tan loable aventura.
Me sorprendo siempre que conozco a alguien de los alrededores (Terrassa, Sabadell, Rubí, etc) que manifiesta que nunca ha subido a La Mola. Entiendo que no todo el mundo ha de tener interés en ir a la montaña o en hacer deporte pero me extraña que no haya hecho una excursión en el colegio, en el esplai o con un grupo de amigos. Además está la curiosidad, que es lo que mueve el mundo. Toda la vida viviendo bajo la silueta inconfundible de esta montaña dan ganas de subir un día a ver que se ve desde allí. Vamos, digo yo...
Estoy muy orgulloso de mi nieto y ya puede considerarse un auténtico vallesano.
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